William Osler en aquifrases.com |
Tomar decisiones, en general, es una habilidad muy compleja de la mente humana. Una excelente revisión narrativa reciente y de plena actualidad, revisa, por ejemplo, las regiones cerebrales implicadas en la toma de decisiones en las diferentes fases de la solicitud de la eutanasia.
Tomar decisiones clínicas, paralelamente, es una actividad muy difícil porque se realizan en un contexto de incertidumbre, como ya desmenucé en una entrada anterior (la incertidumbre y nuestra práctica clínica) y, a la vez, se realizan sobre, y con, un tercero, el paciente.
Hay un salto cualitativo muy importante entre estudiar medicina (enfermedades, técnicas, habilidades, tratamientos, fármacos, etc.) y practicar la medicina, ser competentes con pacientes reales: todos conocemos la frase "no hay enfermedades, sino enfermos".
Tras aquella reflexión personal que no encontraba eco en otras publicaciones, he podido leer posteriormente otros artículos en los que se señala a la incertidumbre como algo suprimido e ignorado en medicina, consciente e inconscientemente, en un intento de sentirnos menos vulnerables, y que su conocimiento y aceptación, y la tolerancia a la misma podría constituir incluso la próxima revolución en medicina.