Al salir del Hospi. Foto por @mferreror |
- Que a los estudios habituales de las personas mayores les añadimos otra batería de pruebas que se programan, algunas de forma rutinaria, otras "a medida", según cada caso,
- Que hay ictus antes de los 45 años. En realidad, se puede tener un ictus, una manifestación de una enfermedad vascular del cerebro desde el nacimiento, o incluso antes, durante la gestación. Antes de los 18 años la prevalencia, o frecuencia de aparición, es todavía menor, pero ocurren y, aunque las causas son distintas, pueden tener el mismo tipo de impacto en la vida de la persona, en cuanto a la posibilidad de producir secuelas, discapacidad y dependencia. Afortunadamente muchos ictus en niños tienen una evolución mejor debido a la capacidad plástica cerebral en esa edad, pero va a depender también de la extensión de la lesión y de su localización.
Causas en los pacientes jóvenes.
- Causas cardíacas: enfermedades congénitas del corazón, enfermedades de las válvulas, enfermedades del miocardio y arritmias, que pueden aparecer de forma precoz. Los mecanismos por los que se puede producir el ictus son también variados, e incluyen embolias de origen cardíaco, e ictus por "bajo gasto", una situación que se produce cuando el corazón no bombea la sangre adecuadamente, y alguna zona del cerebro "se riega" insuficientemente.
- Enfermedades de los vasos sanguíneos: Puede tratarse de causas infrecuentes, como las disecciones arteriales (a veces tras un traumatismo, pero otras de forma espontánea), y enfermedades muy raras de los vasos de causa desconocida, como el Moya-Moya, las displasias arteriales, o el síndrome de Sneddon, por citar unos pocos. Otra opción, más frecuente en todo caso, es que se produzca una arteriosclerosis precoz, sobretodo en el grupo por encima de los 30 años, con el envejecimiento arterial similar al de edades más avanzadas, y en relación con los factores de riesgo vascular clásicos (tabaquismo, hipertensión arterial, diabetes, hipercolesterolemia, etc.).
- Enfermedades con alteraciones de la coagulación: Aquí podríamos pensar en diferentes tipos de enfermedades. Por un lado, enfermedades hematológicas (de la sangre) como las leucemias, linfomas y otros tumores que producen alteraciones de la coagulación secundarias, favoreciendo tanto trombos como hemorragias. Los tumores de cualquier localización, en general, pueden favorecer las trombosis, por generar sustancias pro-coagulantes. Otro grupo de enfermedades pro-coagulantes afectan específicamente a distintos factores de la coagulación, algunos de ellos de forma genética, y por tanto potencialmente hereditarios, y que producen trombosis porque son factores defectuosos en sus funciones. Estos últimos son muy raros.
- Enfermedades genéticas: Además de enfermedades que afectan genéticamente a los vasos sanguíneos, o a los factores de la coagulación, o incluso a cardiopatías, hay enfermedades que producen ictus como parte de sus manifestaciones clínicas, a veces muy variadas. Ejemplo de éstas son la enfermedad de Fabry, el CADASIL, etc.
- Indeterminados: finalmente hay un grupo de personas jóvenes que, a pesar de un estudio en profundidad, no conseguirá saberse la causa. Si después de todos los estudios, los resultados son negativos para las enfermedades anteriormente contempladas, se considera que hay pocas probabilidades de que el ictus se repita, suele ser un subgrupo más benigno, como lo demuestran algunas series de pacientes publicadas en la literatura médica.
Una mención especial merecen los ictus asociados al consumo de drogas ilícitas o de abuso, que pueden suponer hasta el 10% en este grupo de edad, y que están aumentando.
Este tema es la verdadera motivación para escribir esta entrada, pues es el grupo de personas en el que más puede influir el leer los problemas que puede conllevar este hábito de riesgo.
- Cocaína: es una de las drogas en las que más se conoce este efecto.
- Anfetaminas: sus consumidores tienen un riesgo cinco veces mayor de tener un ictus hemorrágico.
- Drogas de síntesis
- Heroína
- Marihuana: cada vez más evidencias apoyan que esta droga, considerada "blanda" o de menor riesgo, puede comprometer seriamente la salud, incluyendo la producción de ictus.
- Otras: meperidina, pentazocina, etc.
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