Cuando hace unos días planificaba vuestra invitación a participar en este blog le pedí a Villar (esta gran secretaria que tenemos desde antes de que yo llegara aquí, y que tanto trabajó con Erik), que elaborara un listado con los nombres de todos los neurólogos que habían pasado por aquí, residentes y adjuntos, ella puso el nombre de Erik el primero de la lista. No sabía que era para escribir los correos. Me dio una gran pena no poder escribirle a él. Como aquí, en muchas cosas, somos como una familia, le conté la anécdota a Jacinto, y él me sugirió que le hiciera participar en el blog, de alguna manera. Me pareció genial.
Así que aquí estoy haciendo una entrada homenaje a Erik. No pretendo hacer una semblanza de alguien a quien muchos conocéis desde antes que yo y, quizás, mejor incluso que yo. Ni repetir muchas de las cosas que hemos venido oyendo, con orgullo, en los últimos meses, en distintas reuniones científicas, a otras personas ajenas a la Sección que comparten nuestra admiración hacia su persona.
Cuando el año pasado le despedíamos escuchaba a su hija Olga decir de él que era alguien tan poliédrico que su propia familia estaba descubriendo, a través de las conversaciones con todos los que habían acudido a decirle adiós, muchas facetas que desconocían. Unas eran actividades filantrópicas con personas conocidas por él, otras, actividades profesionales varias, y otras anécdotas se referían a encontronazos personales por ideas que Erik consideraba irrenunciables. El tipo de extremos que todos le conocemos, pero muchos novedosos para ellos. En aquellos momentos decidieron que sería una buena idea que todo el mundo que le hubiese conocido participara en un proyecto escribiendo sobre "su Erik", la faceta que había visto, la que le había conmovido o provocado. El resultado sería un libro colaborativo, y brindaría a todos un re-descubrimiento de Erik, una comprensión más profunda y entrañable a través de múltiples visiones. Desconozco si han llevado a cabo ese proyecto por el momento, pero les animaría a ello y, ahora, se me ocurre que desde la red del blog os podríamos difundir si se realiza finalmente, para el que quisiera participar en ese proyecto.
Mientras voy escribiendo, sobre la marcha, me doy cuenta de que Erik, por sí solito, personifica bien el propósito de este blog como catalizador. La idea 2.0, como el libro colaborativo, implica que, al participar en él todos juntos, podemos ir aportando cada uno nuestro enfoque de la neurología, nuestros intereses científicos y personales, nuestras propuestas, nuestras ideas sobre el presente y, por supuesto, sobre el futuro.
Durante 34 años Erik ha sido en la Sección, y fuera de ella, un catalizador poliédrico de personas e ideas. Sin poder hacer una comparación "real" (es imposible) me encantaría pensar que el blog al que os invito puede funcionar como catalizador poliédrico de ideas y personas durante los próximos ... n años. Creo que Erik (escéptico ante el blog, seguro) hubiera apreciado la continuidad, de una forma u otra, de su proyecto personal. Y, también, que os daría la bienvenida con el corazón.
Así era Erik, todos los que tuvimos la suerte de convivir con él, reconocimos a un hombre fuera de lo común. La frase de Dn. Gregorio Marañón define perfectamente a Erik - Los hombres fuera de lo común tienen dos maneras de ser ejemplares. Lo son mientras viven, con el espectáculo directo de su acción. Pero lo son, de otra manera, después de dejar este mundo, cuando se les ve desde lejos, cuando se ha extinguido y queda sólo la estela deshumanizada de su obra.
ResponderEliminarExtraordinario neurólogo, docente, persona y sobre todo gran AMIGO que fué.
ResponderEliminarDescanse en paz.
Santiago Casares.